La importancia de la música, sonido, vídeo y animación en las fiestas.

Al pronunciar la palabra fiesta, automáticamente la relacionamos con alegría, entusiasmo, y hay elementos que influyen en buena medida para mantener arriba los niveles de diversión. En este orden de ideas, la música es fundamental, para encender la euforia y afortunadamente, la tecnología actual nos brinda muchas alternativas de sonido adaptadas a todos los gustos y también a todos los presupuestos.

¿Quién no ha estado en una fiesta donde se ponga a todo volumen el equipo de sonido para encender los ánimos? Pues, en fiestas donde el número de invitados es hasta cierto punto reducido, nuestro fiel equipo nos puede resultar. Incluso, entre los integrantes de una familia, acostumbran a colaborar para contratar unos mariachis o una serenata según sea la ocasión o el gusto del agasajado.

Pero cuando hablamos de un mayor número de invitados o en lugares más espaciosos donde necesitamos mayor potencia de sonido para poner a bailar a los asistentes, existe una variada alternativa que va desde las rockolas que tienen la posibilidad de poner a sonar cualquier género musical, hasta las tradicionales minitecas manejadas por un Dj.

Con el aval tecnológico actual, las minitecas han evolucionado ofreciendo una gran variedad de atractivos como la incorporación de pantallas LED para sincronizar imágenes y videos con la música que suena en el momento, así como efectos lumínicos láser, humo y hasta burbujas según el deseo de los anfitriones de la fiesta.

Otra alternativa de sonido que depende del presupuesto del cual se disponga, son las tradicionales orquestas, capaces de poner a bailar con su ritmo hasta los menos animados. En este tipo de orquestas, también hay un amplio rango que puede adaptarse a distintos presupuestos, desde las más sencillas con pocos integrantes hasta las más completas que incluyen teclados, batería, sección de metales y percusión con cuerpo de baile, coreografías, e imitadores.

Usualmente, tanto las minitecas como las orquestas tienen una persona que se encarga de animar el ambiente, presentando los temas musicales, organizando juegos entre los asistentes y recreando la hora loca, todo ello con el fin de mantener la euforia siempre arriba.

Hay celebraciones o recepciones donde, más allá de la algarabía se estila un ambiente más sobrio, cocteles o encuentros corporativos donde un saxofonista, un violinista, un pianista o un quinteto de cuerdas pueden amenizar un buen momento y donde los asistentes podrán conversar y compartir de manera tranquila y relajada.