Desconocidos y perfiles sospechosos en redes sociales.

Ante actitudes sospechosas de un contacto o ?amigo? en redes sociales, es preferible evitar situaciones de riesgo.

Es bien conocido por nosotros el grado de penetración de las telecomunicaciones, el internet y las redes sociales en todos los aspectos de nuestras vidas, gracias a la accesibilidad de los dispositivos móviles como teléfonos celulares, tabletas, computadores personales y portátiles. Esta accesibilidad nos permite colocar información e imágenes de las actividades que estamos desarrollando “en tiempo real”, con lujo de detalles.

Pero de la misma manera, también es conocido por muchos, los riesgos que se esconden detrás de las redes sociales donde legiones de hackers y personas sin escrúpulos con fines malsanos, sacan provecho de todo cuanto ponemos a circular en las redes sociales, para vulnerar nuestra privacidad y en el momento menos esperado hacernos víctimas de alguno de sus delitos.

Por la misma naturaleza de las redes sociales, somos proclives a compartir muchos aspectos de nuestra vida privada pero… ¿qué hay si esa información cae en las manos equivocadas? Sin duda seremos blanco de serios riesgos como estafas, extorción, el chantaje e incluso podemos ser víctimas de un peligro mayor como el secuestro, violación u homicidio.

Por esta razón, en primer lugar debemos ser precavidos con el tipo de información que difundamos a través de la red, evitando hacer públicos nuestros números de cédula de identidad, cuentas bancarias o claves de seguridad.

En segundo término, para garantizar nuestra seguridad a través de las redes sociales, debemos darle acceso a ellas, única y exclusivamente a las personas que conozcamos, que formen parte de nuestro real círculo de amigos y conocidos.

Aunque suene quizá innecesaria esta recomendación, en realidad no lo es; es bien sabido el boom de las redes sociales y muchas personas, en su afán de obtener aprobación o popularidad, no miden las consecuencias de la información que difunden, colocando fotos muy privadas o íntimas para atraer la atención o haciendo alarde de posesiones materiales como joyas, carros o viviendas lujosas.

Y en esta búsqueda de popularidad y por la inmediatez con la cual se manejan las redes sociales, a veces sin ni siquiera notarlo, aceptan cualquier solicitud de amistad o contacto, incluyendo a personas extrañas que en nada se relacionan con ellas en la vida real.

Inclusive, muchas de estas personas construyen perfiles falsos para tener acceso a nuevas víctimas. Por ejemplo, es bien sabido el caso de hombres que se hacen pasar por mujeres para vincularse con personas de este género y así ganarse la confianza para luego planear un encuentro con fines que pueden ir desde el hurto, el secuestro o incluso la violación.

Asimismo, son muchos los registros de personas mayores, con rasgos de pedofilia quienes con el fin de establecer relación con niños y jóvenes, se hacen pasar por adolescentes, con el propósito de obtener datos confidenciales o fotos de niños con el objetivo de traficar con estas imágenes o atraer inocentes, pactando citas que no tienen ninguna buena intención.

Así que la recomendación se resume en ser precavidos con la información que colocamos en internet, no aceptar desconocidos en nuestras redes sociales y bloquear a aquellas personas que percibamos sean sospechosos o de dudosa reputación, con ello contribuiremos a salvaguardar nuestra seguridad.

El tema de la seguridad en las redes sociales está asociado a la lógica que aplicamos en la vida real. Cuando conocemos a una persona, el compartir tiempo en diversas actividades y el intercambio de ideas, forma parte del proceso gradual de conocerse y en la medida en que esto sucede, vamos cediendo espacio y otorgando confianza; no se nos ocurriría hacer esto con un desconocido de buenas a primeras… una actitud similar es la que debemos seguir a través de las redes sociales.