Integración de energías renovables en arquitectura

Fecha de publicación: 26-03-2015

El diseño arquitectónico con visión ecológica debe integrar las distintas tecnologías de energías renovables..

En la actualidad, la arquitectura debe ser plenamente consciente de las necesidades medioambientales y a través del diseño, responder a los planteamientos que van en dirección al disfrute de un entorno más humano y sostenible.

En este ámbito, el tema de la energía es de gran importancia y no sólo por el aprovechamiento de las fuerzas naturales, sino también por la buena integración de éstas en los edificios y al resto del hábitat urbano.

Así, podemos citar como ejemplo las instalaciones fotovoltaicas, ya que permiten una mejor incorporación al diseño arquitectónico, además de que pueden integrarse perfectamente a ciertas estrategias bioclimáticas que mejoran los indicadores de sostenibilidad de un edificio, logrando mancomunar acciones de ahorro con medidas de producción energética.

Otra cualidad importante a tener en cuenta a favor de las instalaciones fotovoltaicas es que pueden integrarse a las redes de distribución dentro de las propias ciudades, es decir, en los mismos lugares donde se consume dicha energía. La ventaja, es que permite acercar el centro de producción al núcleo de consumo, reduciendo pérdidas e infraestructuras de transporte, además de hacer más accesible la producción eléctrica.

Aspectos como la recolección y reutilización del agua de lluvia, el control de la radiación solar o el aislamiento térmico pueden trabajarse de forma coordinada en el diseño de instalaciones fotovoltaicas integradas en un edificio, de forma que la generación eléctrica de dicha instalación no sea el único beneficio que aporte, facilitando así llegar a un Edificio de Energía Casi Nula.

Este tema constituye un reto que le da paso a un nuevo paradigma arquitectónico en donde los edificios ya no son solamente consumidores de energía, sino también productores. Esta visión es en sí, una oportunidad para entender el cambio de forma ambiciosa y proponer edificios que no sólo sean productores de energía, sino también acumuladores de agua de lluvia, captadores de viento, recicladores de residuos y en definitiva que sepan integrarse a los flujos naturales del entorno en donde se ubican. 

La disminución del consumo de energía y el uso de ésta, procedente de fuentes renovables en el sector de la construcción, son medidas claves para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.