Las artes marciales ideales para niños

El judo, el taekwondo y el kárate, son las tres disciplinas de artes marciales mayormente recomendadas para los niños.

La práctica de las artes marciales ayudará a los niños a desarrollar la psicomotricidad, la concentración y la estrategia. Este entrenamiento también implica diversión para muchos de ellos, porque al fin y al cabo están haciendo deporte, beneficiando a su cuerpo (aumentando sus capacidades físicas) y su mente (beneficiando la psique y las emociones positivas).

Las artes marciales más recomendadas para los niños son el judo, el kárate y el taekwondo. Vamos a conocer sus características principales:

Judo. Básicamente, su objetivo es tumbar al adversario usando su propia fuerza. De este modo, se puede ganar un combate consiguiendo que el niño adversario caiga de espaldas en el tatami o ganando puntos.

A medida que el niño practica este deporte siendo un judoka, va ampliando conocimientos y ascendiendo de categoría, llevando un cinturón de diferente color conforme avanza. Existen dos clases: los kyus (los de escala inferior) y los dans (que corresponden a la maestría aquirida). Como hablamos de niños, llevarán kyus: blancos que significa ingenuidad y pureza, amarillo cuando descubren la técnica, naranja (que simbolizan el amor y la ilusión), verde (siempre símbolo de la esperanza), azul (idealismo) y el último que sería el cinturón -kyu- marrón. A partir de aquí ya serán considerados dans, aunque la edad mínima para ser dan está regulada por las federaciones de judo en 14 años.

Una clasificación similar se utiliza en kárate y taekwondo, aunque la edad mínima para conseguir un dan es de 16 años en el primero y de 15 en el segundo.

Kárate. En este arte marcial se usan en un 60% las manos y en un 40% las piernas para realizar los golpes durante el combate. Es un deporte en el que se utiliza mucho la observación, la repetición y el análisis del adversario. El objetivo del kárate es que los niños dominen su postura corporal, conozcan estrategias de bloqueo, esquiven golpes contrarios y aprendan a dar golpes en puntos claves del adversario, sin olvidar que es un deporte de defensa.

Taekwondo. La filosofía es parecida al judo y kárate pero debido a su origen (en Corea en lugar de Japón como las anteriores) resulta un deporte más espectacular a la vista ya que en los combates se usan técnicas de patada, mano, puño, codo, pie y rodilla.

Entre los beneficios tanto físicos como sicológicos que la práctica de las artes marciales les proporcionará a los niños, podemos enumerar las siguientes:

Salud. La salud es el elemento crucial de todas las clases de artes marciales, especialmente donde se involucran los niños. Calentamientos con saltos de tijera, lagartijas y estiramientos son comunes y los movimientos de las artes marciales por lo general retan a los músculos y al sistema cardiovascular.

Defensa personal. La habilidad para defenderte contra un agresor es un sentimiento poderoso. La mayoría de las artes marciales usan la defensa personal como un pilar. Los métodos varían de disciplina a disciplina, pero con la práctica regular, el niño aprenderá a defenderse por sí mismo de varias maneras. Muchas escuelas de artes marciales también enseñan técnicas mundanas para que los niños eviten los problemas a toda costa.

Autodisciplina. Las artes marciales ayudan a inculcar concentración mental en el pequeño, dándole la habilidad para concentrarse en una tarea y terminarla completamente. La disciplina que se enseña en un dojo concerniente a los uniformes, costumbres y técnicas se proyecta en otras áreas de la vida, incluyendo la escuela y deberes en el hogar.

Respeto. Las artes marciales inculcan respeto. Pegar, golpear, lanzar y bloquear son secundarios al respeto que se enseña desde el momento en el que entra a un dojo. Los niños aprenden a hacer reverencias a sus maestros y a sus instructores actuales. También aprenden a tratar a otros estudiantes como ellos quieren ser tratados. Los instructores de artes marciales se enfocan en el asunto del respeto regularmente e instruyen a sus alumnos a practicar el respeto por uno mismo, a los padres, maestros y colegas en toda oportunidad.

Autoconfianza. Un niño que está involucrado en las artes marciales generalmente es un niño que tiene confianza en sí mismo. Trabajar con un arte marcial y el sistema de cintas, le da a un niño objetivos claros a seguir y que pueden obtener de forma tangible. El sentido de logro que siente un niño al dominar una nueva técnica o graduarse hacia otra cinta, refuerza su autoestima.

Es muy probable que en edad escolar, hayamos visto aumentar la oferta en actividades extraescolares con la inclusión de las artes marciales, sobre todo judo, kárate y taekwondo. Las razones son muy variadas, además de la básica como es el aprendizaje de este tipo de deportes de defensa, está el aprendizaje de los valores deportivos como la convivencia, el respeto y la cooperación.