¿Cómo influyen el ánimo y el humor a la hora de emprender?

Fecha de publicación: 18-05-2016

El estado de ánimo y el humor influyen de forma determinante en la suerte o en el fracaso de un negocio..

Un buen humor: significa un buen negocio. Un buen día, se siente seguro de sí mismo, tiene esperanzas y una alta autoestima que se refleja en sus decisiones. Decide emprender, montar una empresa, un negocio.

Surgen emociones: Ilusión, motivación, fuerza. Pero éstas pueden apagarse, poco a poco, con el paso del tiempo. ¿Cómo mantener ese ánimo, el buen humor que nos permitirá afrontar las vicisitudes propias de todo proyecto? Existen fórmulas para rescatar este estado emocional indispensable para emprender.

¿Qué riesgo corremos al tomar una decisión importante en un momento de extrema tristeza o alterados? La situación no se ve con objetividad, sino bajo una visión subjetiva que centra la atención en el vaso medio vacío. El miedo lleno puede ser mayor pero no lo vemos.

El mayor riesgo de un emprendedor está en dejarse llevar por cambios bruscos de humor, pasar de la alegría a la apatía de una forma rápida en la rutina diaria, como consecuencia de las circunstancias externas.

El secreto está en manejar la forma como pueden afectarnos las circunstancias del entorno, porque a ella nos someteremos constantemente y no podemos controlarlas. Lo que sí podemos controlar es nuestra estabilidad interior, desarrollar nuestra inteligencia emocional de manera que no nos afecten tantos las circunstancias que en  tiempos de crisis pueden resultar especialmente peligrosas. Además, gracias a la estabilidad emocional seremos más felices y nos sentiremos mejor con nosotros mismos.

Tengamos en cuenta también que el humor y el ánimo, en fin, el estado de ánimo, ejerce influencia sobre todo un equipo. ¿No es agradable respirar un ambiente de paz y control en la oficina?

El éxito de un negocio es dependiente del éxito de las ventas y es un hecho que la gente, compra las primeras emociones: “No hay emoción, no hay ventas”. Lo primero que “compra” el cliente, es lo que irradia el vendedor y sólo después su oferta. Inicialmente hacen contacto con la emoción, que incluso queda impregnada en la publicidad.

Los empresarios tienen que tomar decisiones muy importantes a lo largo de la rutina laboral, y en cada decisión, hacen frente a la incertidumbre y los riesgos futuros. Por ello, la tranquilidad mental es indispensable para poder pensar con claridad y saber discernir lo adecuado.