La evolución de la psicología canina

Fecha de publicación: 03-08-2017

Para enseñarles buenos hábitos a nuestro perro, es importante tener nociones de psicología canina.

Uno de los inconvenientes más frecuentes que presentan hoy en día nuestras mascotas caninas, son los trastornos de conducta generados por las condiciones de la vida moderna en las ciudades, donde nuestros animales de compañía se ven obligados a experimentar situaciones muy diferentes a las que serían ideales para su desarrollo.

Es por esta razón que se hace necesario entender de psicología canina ya que es probable que en algún momento tengamos que corregir un mal hábito o rasgo de comportamiento molesto de nuestro perro. A nadie le gusta tener sus zapatos mordidos o el perro orinando el suelo cuando se encuentre mal. En este sentido, también es válido buscar asesoramiento con profesionales y expertos en psicología canina que puedan brindarnos solución respecto a los comportamientos y trastornos de nuestros canes.

Para aplicar la psicología canina en su educación, es vital estudiar el comportamiento de los perros para poder comprenderlos y de esa forma convivir con ellos, respetando sus necesidades sin que ello signifique que abusen de nosotros.

Esta disciplina la utilizan los entrenadores de perros pero también podemos emplearla nosotros en temas como enseñarles donde deben orinar y defecar; definir horarios de comidas y paseos; acostumbrarlos desde cachorros a ser peinados y bañados; enseñarles cuál es su sitio para dormir -incluido su espacio de juego-, entre otros.

La psicología canina se centra principalmente en un área: la manada. Este es el punto clave. Dentro de cada grupo, habrá un “perro superior” conocido como el “macho alfa”. También habrá una hembra alfa que será el perro femenino superior en el grupo. Aquí es donde debemos tomar ventaja de la psicología canina cuando estemos trabajando en enseñar a nuestro perro. Si podemos posicionarnos como el macho alfa, el entrenamiento se afianzará mucho más rápido que si el perro ha tenido poco o ningún respeto hacia nosotros.

En psicología canina, hay diferentes métodos acerca de cómo mantener la función alfa, algunos de probada eficacia que enunciamos a continuación:

1.-Nunca alimentemos a nuestro perro en el comedor o cerca de este espacio. El perro siempre debe comer en su propia área separada.

2.-Asimismo, no debemos permitir al perro dormir en nuestra cama, ya que esto eleva al perro a nuestro nivel y en algunos casos puede dar la impresión de que nos estamos comportando sumisamente.

3.-Si el perro se está portando mal, una fuerte instrucción verbal ¡NO! mostrará al perro quien es el que manda. Si el comportamiento persiste, puede ser necesaria una corrección. Esto es lo que ocurre en la naturaleza. El macho alfa suele gruñir y corregir  a los subordinados. Si esto no funciona, el macho alfa suele morder al perro subordinado, recordándole quién es el jefe.

Si nuestra mascota corre por donde quiere, muerde los muebles, destroza objetos, ladra sin parar, no respeta horarios de alimentación o salta descontroladamente sobre nosotros, es porque no nos respeta y se considera el jefe del hogar, el macho alfa, el rey de la camada. La única forma de cambiar esta situación es aplicar psicología canina para entender sus necesidades e imponerle normas.

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