Por qué es importante no comprar fauna protegida

Lamentablemente, el comercio de animales exóticos o en peligro de extinción ha ido tomando auge cada vez más, por tratarse de un “negocio” muy lucrativo que produce cientos de millones de dólares anuales, en virtud del interés o curiosidad que generan estas especies.

El problema está en que este negocio “vive” del sacrificio, maltrato y muerte de miles de especies de animales alrededor de todo el mundo, entre ellos cincuenta mil primates, más de cien mil elefantes, 350 millones de peces tropicales, 5 millones de aves vivas, 10 millones de unidades de piel de reptil, 15 millones de pieles de mamíferos, lo que equivale a igual número de animales sacrificados.

Sin ningún tipo de piedad y de la manera más violenta y cruel, todos estos seres vivos son apartados de sus hábitats naturales para terminar cautivos en un medio que les resulta hostil. Cerca de 700 especies se encuentran en peligro de extinción como consecuencia directa de su captura y posterior comercialización ilegal. Además, unas 2.300 especies animales están amenazadas por esta razón.

Sin duda, si estas capturas se producen es porque hay demanda de seres vivos exóticos o de partes determinadas de su cuerpo (colmillos, cabezas de trofeo, pieles). La moda de poseer un ejemplar diferente, único o el estatus que trasmite vestir con pieles singulares produce una actividad lucrativa muy rentable y poco perseguida hasta hace unos años, al no concretarse la posibilidad de acciones legales dirigidas a sancionar severamente a los traficantes.

Sin embargo, en el año 1975, veintiún países firmaron el Convenio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, CITES. Desde entonces, el tráfico se convirtió en un delito.

No obstante y a pesar de los controles internacionales, persisten la impunidad y la rentabilidad de este negocio debido a que los canales de distribución y los delincuentes son difíciles de descubrir; razón por la cual, el llamado de conciencia es para toda la colectividad, para que no se haga cómplice de esta práctica irregular que atenta contra el desarrollo de la vida silvestre en el planeta.

Y si somos obsequiados con alguna de estas especies, evitemos aceptar este regalo pues, además del perjuicio para el animal, también lo será para nosotros ya que una especie de procedencia ilegal no ha pasado por los controles sanitarios pertinentes, con el riesgo de trasmitir graves enfermedades. Otro detalle importante es que hay algunos animales de difícil cuidado, así que los dueños se arriesgan a tener consigo un animal peligroso que podría ocasionarle peligrosas mordeduras, picaduras o lesiones

Este comercio de seres vivos protegidos motiva que se alteren las poblaciones animales, cuya disminución provoca efectos directos sobre otras especies, al desestabilizar la cadena alimentaria y causar la multiplicación de plagas de insectos, al terminar con sus predadores.