Fecha de publicación: 17-10-2014
Tal vez la dinámica de nuestro día a día y el ritmo acelerado de vida, no nos permita percatarnos de esas pequeñas acciones que poco a poco hemos ido integrando a nuestra rutina y que, aunque parezcan pequeñas, contribuyen decididamente a preservar nuestro planeta, veamos algunas de ellas.
El reciclaje permite aprovechar un material u objeto en forma similar a su uso original o también, utilizar su materia prima original para fabricar otro objeto con iguales características.
Por ejemplo, periódicos viejos se pueden utilizar como materia prima para fabricar papel para manualidades o decoración y una botella, se puede fundir y el vidrio obtenido puede destinarse a la fabricación de una botella similar.
La cultura el reciclaje ha tenido gran arraigo en nuestra sociedad y hoy en día es común ver campañas educativas para la disposición de desechos, clasificándolos de acuerdo a la naturaleza de los materiales tales como el papel, cartón y sus derivados, vidrio, plásticos y aluminio.
Reducir, en el ámbito conservacionista puede enfocarse en dos aspectos; reducir el consumo de energía o recursos como el agua, para la realización de nuestras actividades diarias o reducir el consumo de materiales de alto impacto contaminante como envases desechables para el traslado de alimentos o el uso de bolsas plásticas, comúnmente utilizadas en comercios y expendio de víveres.
Al reutilizar o reusar como lo definen algunos, nos estamos refiriendo a la acción de darle un nuevo uso a un determinado material del cual ya hemos sacado provecho; utilizar como borradores las hojas que ya han sido impresas por una cara o forrar una vieja caja de zapatos y utilizarla para organizar o guardar fotos o material de oficina por solo mencionar dos ejemplos.
Más allá de los discursos, la preocupación por conservar el ambiente, debe traducirse en acciones sencillas, efectivas y constantes para que tengan repercusión positiva y sirvan de ejemplo colectivo.