Tips para tipografía adecuada en avisos publicitarios

Fecha de publicación: 12-11-2015

La elección de la tipografía adecuada en un aviso publicitario le dará mayor realce y poder al mensaje.

Si nos remitimos a la raíz griega de la palabra tipografía, la expresión tipos significa “golpe” y “graphos”, escritura; lo cual quiere decir que la tipografía es una forma de escribir con diferentes huellas, estilos y diseños, elementos que resultan evidentes hoy en día de manera clara y evidente en todas las manifestaciones de la publicidad, el arte, el diseño gráfico y todas las  actividades en las cuales, lo visual pesa mucho y las diferentes formas de escribir una palabra, con trazos finos o gruesos, con letras sueltas y simples, con serif o sin serif, generan diferentes sensaciones en quienes las observan.

Estos aspectos deben ser considerados en términos de lo que se quiere comunicar ya que no será igual un texto o documento formal que uno más informal o juvenil. Los públicos se sentirán más identificados con una forma de escritura y no con otra.

Por ejemplo, es común ver en mensajes y textos institucionales como el de una empresa de seguros, tipografía más formal y seria mientras en publicidad enfocada a los adolescentes, por ejemplo, se utilizan tipografías menos sólidas y más simples, a veces hasta divertidas.

A la hora de seleccionar la tipografía que más conviene a nuestra empresa, es recomendable tener en cuenta dos factores:

El sentido estético: implica entender la tipografía como un elemento de diseño capaz de entrarle al consumidor por los ojos y a su vez de reflejar personalidad. Por ejemplo, las tipografías Sans Serif, como la Arial o la Verdana se perciben como jóvenes, modernas y comerciales- lo que explica que la mayor parte de marcas de moda prefieran este estilo-, mientras que fuentes estilo Serif suelen asociarse a marcas más tradicionales. Además, hay que tener en cuenta otros factores como el interlineado, el tamaño o la disposición de las letras, así como el lugar dónde aparecerá el mensaje: las fuentes Sans Serif funcionan mejor en la red, mientras que la mayor parte de periódicos y otras comunicaciones formales suelen utilizar tipografías con Serif como la Times New Roman. 

El sentido funcional: una buena tipografía debe ser clara y fácil de leer. Muchas empresas cometen el error de elegir fuentes extremadamente complejas y muy decoradas o recargadas, que si bien poseen ese necesario elemento de diseño pueden hacer que el usuario se confunda al leer el nombre de la marca. No es casualidad que muchas marcas conocidas seleccionen fuentes comunes como la Arial, la Helvética o la Franklin Gothic, tipos que por su sencillez y sobriedad añaden valor. Además, si un logotipo va a ser impreso en formatos pequeños, la legibilidad ha de ser el elemento clave.

Aunque a veces resulta un aspecto ignorado, la tipografía que elegimos para nuestras comunicaciones, tiene una importancia clave a la hora de definir la identidad corporativa de nuestra marca. El tipo de fuente asociado a una empresa ayuda a configurar el mensaje que se necesita comunicar, así como los valores de la marca.