Evolución de las vacunas

Según la OMS, se entiende por vacuna cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos.

Una vacuna es una preparación biológica que proporciona inmunidad adquirida activa ante una determinada enfermedad. Contiene típicamente un agente que se asemeja al microorganismo causante de la enfermedad y a menudo se hace a partir de formas debilitadas o muertas del microbio, sus toxinas o una de sus proteínas de superficie.

La vacuna estimula el sistema inmunológico, al reconocer como una amenaza al agente patógeno introducido a través de ella en el organismo, así, lo destruye y guarda un registro de él de manera que el sistema inmune pueda reconocerlo y destruir más fácilmente cualquiera de estos microorganismos que encuentre más adelante.  

La vacunación, expresión con la cual se denomina a la acción de administrar las vacunas,  es el método más eficaz para prevenir las enfermedades infecciosas. El método más habitual para administrar las vacunas es la inyección, aunque algunas se aplican con un vaporizador nasal u oral.

La inmunidad generalizada debido a la vacunación es en gran parte responsable de la erradicación mundial de la viruela y la restricción de enfermedades como la poliomielitis, el sarampión y el tétanos en la mayoría del mundo.

Haciendo un breve repaso por la historia y evolución en el área de la investigación asociada a las vacunas, tenemos que a comienzos del siglo XX y antes de su descubrimiento, hubiera sido una gran fantasía o un argumento de ciencia ficción, pensar que se podría proteger a los hijos de muchas de las enfermedades infecciosas más graves, con la aplicación de estas sustancias.

Edward Jenner (1749-1823), considerado como el “padre de las vacunas”, fue un gran médico e investigador que descubrió la vacuna contra la viruela. Este hallazgo, trascendental para la época, permitió combatir y erradicar la viruela, enfermedad que se había convertido en una grave epidemia en varios continentes.

En nuestro seguimiento por los grandes nombres en la historia de las vacunas, tenemos que Jonas Edward Salk  (1914 – 1995), investigador médico y virólogo estadounidense, fue reconocido por el descubrimiento y desarrollo de la primera vacuna segura y eficaz contra la poliomielitis.

El virólogo polaco, Albert Bruce Sabin (1906 - 1993), fue quién se encargó de estudiar la poliomielitis y desarrolló una vacuna que se suministraba por vía oral. Esta forma de administración hizo mucho más fácil su aplicación masiva porque gracias a ello se logró prevenir la poliomielitis en millones de niños.

Así tenemos que gracias al legado de estos importantes científicos que trabajaron en el campo de la investigación científica, gracias a la aplicación de las vacunas, la enfermedad de la viruela se declaró erradicada en el año 1978 y la poliomielitis fue eliminada en varias regiones del mundo. Por ejemplo, en Argentina, el último caso de poliomelitis fue registrado en el año 1984.

Louis Pasteur (1822-1895) fue el químico que estudió los procesos de fermentación. A él se le debe el desarrollo de la técnica de pasteurización. Después de 1870, el químico orientó su actividad al estudio de las enfermedades contagiosas de las cuales supuso que se debían a gérmenes infecciosos que habrían logrado ingresar en el organismo.

Hacia el año 1881, consiguió preparar la primera vacuna de bacterias desactivadas. Pasteur continuó sus investigaciones, lo que le permitió desarrollar posteriormente la vacuna contra el mal de la rabia.

Los descubrimientos desarrollados por Jenner, Salk, Sabin, Pasteur y muchos otros científicos son muy importantes para el desarrollo de mecanismos para el cuidado de la salud y en particular para el progreso de las vacunas que registró una evolución favorable porque han contribuido, sin lugar a dudas, a mejorar la calidad y esperanza de vida para la población en todos los países del mundo.

La términos vacuna y vacunación derivan de “variolae vaccinae” (viruela de la vaca), expresión utilizada por Edward Jenner para denotar la viruela bovina. Lo utilizó en 1798 en un extenso trabajo a través de la cual describió el efecto protector de la viruela bovina contra la viruela humana. En 1881, en ??honor a Jenner, Louis Pasteur propuso que los términos se ampliasen para cubrir las nuevas inoculaciones de protección que entonces se estaban desarrollando.